Match Day

A veces la vida te da sorpresas, otras veces somos nosotros los que se las damos a nuestros alumnos, y lo de hoy, a buen seguro será un momento memorable en sus vidas.

Pero empecemos paso a paso y en orden. Hoy tocaba madrugar de nuevo para probar un auténtico y delicioso «English Breakfast». Nuestros cinco alumnos disfrutaron de este típico desayuno inglés, pero tampoco se resistieron a los gofres dulces que ellos mismos se pudieron elaborar. Da gusto verles disfrutar.

Antes de entrenar nos dirigimos a la tienda oficial del Sunderland AFC. Es difícil resistirse a comprar recuerdos y equipaciones oficiales, son todas preciosas y más de uno (realmente todos) sucumbimos a comprarnos algo.

Si más dilación nos encaminamos al «Beacon of Light» donde tuvieron su primera sorpresa. Y es que hoy no era un día normal y no había entrenamientos en la academia, peeeeero…los entrenadores del Sunderland AFC les habían preparado una sesión de tecnificación exclusiva donde tuvieron a dos de sus mejores entrenadores dirigiendo una exigente sesión.

Es un privilegio poder disfrutar de estas atenciones y sentir como viven y entrenan los futbolistas profesionales.

Tocaba pasar por la ducha para acicalarse y ponerse guapos y comer algo para ir al partido de fútbol que el Sunderland AFC disputaba contra el QPR. Nuestros «coaches» favoritos nos dijeron algún truquito para poder acercarnos a ver la llegada de los jugadores al campo (a los jugadores del QPR ya los teníamos muy vistos porque se alojaban en nuestro hotel). Y así fue, uno a uno fueron llegando los jugadores y pudimos hacernos alguna foto con ellos. En especial tuvimos la suerte de poder estar un buen rato charlando con Luke O’Nien (capitán del equipo) donde nos demostró por qué se merece llevar ese brazalete. Un 10 para ti Luke.

En una ubicación de lujo pudimos disfrutar de un fantástico encuentro, que aunque no fue prolífico en goles si que lo fue en intensidad, velocidad y dureza, piezas claves del fútbol británico.

Lo que no se esperaba ninguno de nuestros cinco becados era que en el tiempo de descanso iban a poder bajar al césped y saludar a la afición desde el centro del terreno de juego. Un privilegio al alcance de muy poca gente y que estamos seguros permanecerá en sus memorias para el resto de sus vidas.

Aún con la emoción en el cuerpo nos fuimos a la bolera a jugar unas partidas. Alguno de ellos demostró buenas habilidades, pero mejor que sigan con el futbol que parece que tienen un futuro más prometedor.

Ahora toca descanso, mañana se viene algo muy grande.

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